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Trabajar por cuenta propia tiene muchas ventajas, entre ellas, la de organizar tu tiempo y poder compatibilizar de forma mas flexible tu vida laboral con la personal. Muy unido a esta ventaja está el poder elegir el espacio donde pasar las horas de trabajo que mejor se adapte a ti.
Para que elegir, necesitas información, así que vamos al lío:
Desde luego, es la opción más económica para iniciar negocios. Los gastos son mínimos, y permite compatibilizar la vida personal y familiar mucho mejor. Es una opción ideal para los que tienen un bajo presupuesto, no pueden plantearse ningún tipo de alquiler y trabajan cómodos en casa. Además, imposible de negar, que si solo requieres de un ordenador y de una buena conexión a Internet, es una opción más que recomendable.
Sin embargo, no todo son ventajas, a la hora de elegir un espacio para trabajar, algunos profesionales prefieren la comodidad de un lugar distinto a casa. Las razones de esto son muy variadas, entre ellas, la tentación de levantarse a por algo de la nevera cuando estamos en nuestra casa, hacerse un café o incluso adelantar tareas domésticas. Todo esto puede lastrar las pautas y horarios previamente establecidos para trabajar.
No obstante, aunque tengas una voluntad de hierro, en casa hay muchas distracciones y pueden perjudicar en cierta forma tu trabajo. Además no solo eso, si te quedas en casa, pocas posibilidades tienes de hacer networking, algo básico en los tiempos actuales.
Alquilar una oficina es la opción ideal para un negocio que crece y puede permitirse esto. Se trabaja más a gusto en un entorno en donde se pueden recibir visitas, se abre más a nuevos clientes y es mucho más serio y profesional. En este caso, los horarios ya son fijos y no hay distracciones. Además, es un lugar en el que sin duda tenemos intimidad.
Eso sí,también existen desventajas:
Inversión inicial elevada: si optamos por alquilar tenemos que tener claro, que lo más normal es que nos pidan una fianza, además de que haya un periodo de obligado cumplimiento, incluso nos podrían pedir que lo garantizásemos todo con un aval. Además, las oficinas se nos suelen entregar vacías, con lo que habrá que adquirir un mobiliarios básico y el equipamiento de la oficina. Y no nos olvidemos de los servicios y suministros, que nos van a suponer un gasto fijo mensual.
La gestión del espacio: no podemos olvidarnos de la inversión en tiempo y gestión de incidencias que una oficina requiere. Por ejemplo, que la impresora se quede sin tita, o que el aire acondicionado se halla estropeado. Con lo que dedicarás tiempo y energía a solucionarlo, y no lo harás a tu proyecto.
De esta forma, tenemos que tener claro que una oficina empezará a ser una opción recomendable, cuando se cumplen ciertos requisitos:
Un equipo compuesto por un cierto número de personas.
La empresa tiene una red de contacto y colaboradores lo suficientemente amplias.
Un proyecto claramente viable, en el que hay unos ingresos más o menos estables.
En primer lugar, una oficina compartida se trata de empresas que debido a una reducción de personal o por sus dimensiones no resultan rentables a los gestores o empresas responsables, por lo que éstos recurren a las oficinas compartidas como una forma de compartir gastos. Básicamente ofrecen puestos de trabajo a profesionales independientes a cambio de una cuota fija, aunque no existe una comunidad ni una dinámica orientada a fomentar la colaboración entre los inquilinos.
Por lo tanto, es más económico, que hacerlo solo, y además se puede atender a clientes en la oficina, algo que trabajando en casa es inviable.
Se trata de un espacio, generalmente abierto, en el que los participantes forman una comunidad. Estructurado de forma horizontal y sin jerarquías, en un centro de coworking tanto los coworkers como los gestores empleados en el centro si lo hubiera, trabajan en un mismo espacio. Aunque el fundador generalmente dota de su propia filosofía el centro al abrirlo, serán los coworkers quieren formarán y definirán también su espíritu.
Así, además de proporcionar un espacio donde trabajar alejado de las distracciones de la vida cotidiana, estos lugares te facilitan ampliar tu red de contactos que puede, a largo plazo, resultar beneficioso para tu negocio, ya que las posibilidades de atraer nuevos clientes y crear colaboración con otros profesionales autónomos es una de las opciones por las que estos espacios están actualmente en auge.
Además de las anteriores tiene otras ventajas como son:
Oficina temporal: el espacio dedicado a oficina compartida tiene modalidad de oficina temporal, de forma que puede ser un contrato de corta duración.
Precio: el precio de alquilar un puesto de trabajo en una oficina compartida supondrá un ahorro de costes frente al alquiler de una oficina convencional.
Compartir o no compartir: puedes compartir lo que quieras, cuando quieras y como quieras.
Sala de reuniones: aparte del espacio dedicado al coworking, podrás hacer uso de las salas de negocios para hacer reuniones individuales con los clientes.
Influencia de mentes creativas y divergentes: podrás aportar a tus proyectos un toque distinto, con opiniones dispares de tus compañeros coworkers, cosa que no puedes hacer si trabajas desde casa o desde una cafetería. Si tienes la oportunidad de consultar otros puntos de vista, enriquecerás y darás un valor añadido a tu empresa, porque si la opinión de los demás es importante, también conseguirás abordar tus proyectos de una manera mas conceptualizada.
Sin embargo, no todo son ventajas en este tipo de espacios si no que puede ocurrir:
Demasiado ruido: si necesita absoluto silencio para concentrarse en sus tareas, compartir la oficina podría parecerte un lugar con demasiado ruido. No es fácil trabajar con una persona que habla dando voces.
Poco ruido: puede ocurrir lo contrario, es decir, si por contra todo el mundo trabaja sin hacer ruido y eres tu el que necesita hacerlo. Como una simple llamada de teléfono, podrá incomodarte ante los demás.
Poca intimidad: cuando recibas a un cliente en persona o atiendas una llamada de teléfono, los compañeros de oficina podrán escucharte, lo que conlleva una perdida de intimidad frente a ellos.
Dejando a un lado las ventajas e inconvenientes, cabe decir que la proliferación de este tipo de espacios ha dado lugar a la aparición de distintas tipologías según las características del espacio físico, la filosofía de sus gestores, el carácter de sus miembros y/o el perfil profesional de los coworkers. Algunos de estos tipos pueden ser:
Coworking flexible: Es algo parecido a una biblioteca. Digamos que no tienes nada mas que ir al espacio que necesitas en cada momento, pudiendo alquilar ciertos recursos, como pueden ser las salas de reuniones. Necesitas acreditar tu acceso, que puede ser con determinadas herramientas, pero el caso es que una vez que consigues el derecho de acceso al sitio puedes sentarte en cualquier puesto libre y usar ese espacio para trabajar como mejor te venga.
Coworking nómada: es aquel que practican aquellos que trabajan con proyectos que requieren la realización de viajes frecuentes y que desarrollan su actividad aquí y allá. Existen ya posibilidades como la coworking visa, que permite a los coworkers usar espacio flexibles en una red de espacios que se encuentran en diferentes ciudades.
Coworking fijo: espacio de trabajo permanente en un entorno compartido con otras personas que trabajan en proyectos diferentes. Es como si dijéramos el alquiler de un escritorio.
Coworking de oficina: este otro modelo está basado en el uso de puestos fijos en espacios de coworking pero de una formas un poco mas privada. Podríamos decir que son habitaciones reservadas para empresas con pocos trabajadores que harán uso de ese espacio apartado dentro de un entorno compartido con otras empresas y posiblemente con otro tipo de coworkers.
Coworking nocturno: Es poco común. Suele ser para emprendedores que están mas inspirados por la noche, así que usan espacios de coworking en horario nocturno.
Se trata de un modelo mixto, en el que parte del centro de negocios tradicional se habilita para que freelancers lo alquilen, pudiendo usar las instalaciones del centro. Los usuarios de este tipo de centros tienen a su alcance todos los servicios para realizar su actividad diaria, además de tener la oportunidad de conocer a otros profesionales liberales como ellos, pero sin la implicación del centro en la relación que puedan o no establecer.
De esta forma, por un lado ofrecen espacios para reuniones en función de las necesidades de la empresa o el autónomo. Para los emprendedores es una forma eficaz y económica de disponer de un espacio para citarse con posibles clientes y para las empresas puede ser el sitio idóneo para ofrecer conferencias, lanzar campañas o hacer procesos de selección de personal.
A la necesidad de buscar nuevos espacios de trabajo por los profesionales autónomos, se une la de los hoteles por sacar rentabilidad a los espacios que no usan habitualmente, como las salas de reuniones grandes, o la zona reservada de los comedores.
Estas opciones son muy interesantes, y a su vez recomendables, si tienes una reunión de trabajo que requiere de espacios amplios, como impartir un curso, o una reunión a mediodía con un cliente.
De esta forma, es importante que como profesional elijas el modelo mas adecuado para ti. No todos tenemos las mismas necesidades y lo que a veces ganamos mejorando la productividad al trabajar fuera de casa lo perdemos en desplazamiento a nuestro lugar de trabajo. Con lo que te recomiendo que valores las opciones posibles, sus ventajas e inconvenientes, y consigue la mejor opción.
Sobre el Autor
Francisco Rubio
CEO de ExpacioWeb, Director Ejecutivo de Pull Comunicación y Director de Proyectos en Marketing Surfers. Apasionado de los viajes y la fotografía, y amante del deporte diario.
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