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La identidad corporativa de una empresa engloba varios conceptos, desde las imágenes que se va a utilizar para la publicidad de los artículos y servicios de la marca, los colores corporativos seleccionados para transmitir las sensaciones adecuadas al público objetivo, el tono y el estilo de lenguaje de los diferentes anuncios, el diseño de los locales y puntos de venta, e incluso la ropa de los vendedores. Entre todos estos factores, hay uno que tiene mucha influencia para una eficiente actividad comercial de la empresa: el logotipo.
La misión del logotipo es compleja pero muy clara. Se trata de transmitir una imagen al público concisa, sencilla en apariencia, pero muy estudiada en su creación para que el potencial cliente la recuerde viéndola solo unos segundos. Uno de los mejores ejemplos, en este sentido, es la famosa manzana de Apple. A base de visualizarlo en todas las actuaciones promocionales que la empresa lleva a cabo, el espectador termina asociando el logotipo a la empresa, y será el símbolo corporativo más importante de la marca.
Además del impacto visual, el logo debe transmitir los valores fundamentales de la organización empresarial, su filosofía de negocio.
Si la empresa no tiene logotipo, hay que poner remedio a esa situación cuanto antes. Es necesario acudir a una empresa especializada, trasmitiéndoles los valores y principios fundamentales del negocio, para que estos profesionales aporten diferentes propuestas que serán estudiadas, en una segunda fase, de forma conjunta.
También ocurre muchas veces que la empresa ya cuenta con un logotipo, pero ha quedado desfasado y obsoleto. En estas ocasiones es muy útil utilizar un re-styling, es decir, manteniendo las características principales del logo, las que sirven para que el público lo reconozca, pero renovando la imagen. También hay supuestos donde el logotipo que utiliza la empresa está mal diseñado y no transmite lo que debe, no es útil para recordarlo, etc. En estos casos la compañía debe valorar si conviene o no cambiarlo, y renovar completamente su imagen.
Entre las cuestiones que cabe preguntarse están las siguientes: ¿qué puede esperarse de los servicios de la empresa?, ¿qué tipo de contenidos se transmiten?, ¿con qué canales se desea conectar con el público, de forma presencial, a través del teléfono, de las redes sociales?, ¿qué lenguaje se utiliza para la transmisión de los valores y publicidad de la empresa, con qué tono?, ¿con qué tipo de adjetivos se desea que el público recuerde a la empresa, innovadora, confiable, seria, agresiva, elegante?
La imagen corporativa va mucho más allá del logo y de las tarjetas de visita; está condicionada, entre otras cosas, por los objetivos que la empresa se plantee conseguir según su estrategia comercial. Todos los pasos de la estrategia comercial deben ir dirigidos a la consecución de la finalidad marcada. El gasto en potenciar la imagen corporativa de la empresa es una inteligente inversión.
Una imagen corporativa bien desarrollada va a facilitar el trabajo en la puesta en marcha de campañas comerciales y estrategias de marketing, pues estas actuaciones contarán con el soporte de unas bases bien marcadas y definidas, que aportarán coherencia a la comunicación de la marca con su potencial público objetivo. Estos clientes o futuros clientes tendrán las sensaciones que la empresa desea que tengan, y se formarán una excelente impresión de la empresa, aún sin conocerla.
En el ámbito de los empleados y operarios de la organización, si existe una imagen corporativa adecuada, atractiva y con solidez, ellos se sentirán respaldados, se implicarán en sus acciones de negocio diarias, en los proyectos que tengan asignados y en el cumplimiento de los objetivos, participando y coordinándose de forma óptima en el trabajo en equipo.
También los proveedores de la organización confiarán más en empresas que cuenten con una imagen corporativa bien definida. Para conseguirlo puedes utilizar un creador de logotipos o alguna de las páginas que puedes encontrar en internet para crear tus propios logotipos.
La inversión en publicidad tiene que estar hecha asignando los proyectos a buenos profesionales. La publicidad efectiva es un proceso complejo, que trata de posicionar a la marca por encima de la competencia, de otras empresas que probablemente también están invirtiendo en publicidad y en buenos especialistas.
Entre los caracteres que un logotipo debería tener para que fuera efectivo, está el que sea recordable fácilmente, distinguible, escalable, reproducible y, por supuesto, fácil de leer si contiene palabras. El logo debe ser capaz de comunicar por sí mismo. Ser impactante, creativo, original, conciso, pero transmisor de un potente mensaje.
Con frecuencia las empresas caen en el error de pretender ahorrar gastos en la creación del logotipo o slogan. Es una equivocación que repercutirá negativamente en el futuro de la empresa. Es imprescindible que la generación del logo se realice por diseñadores gráficos especialistas en marketing. Es un gasto inevitable para una empresa en fase de expansión, que pretende una proyección eficiente en el mercado. Hay que tener en cuenta que el diseño de un logotipo no solo va a determinar la impresión de tarjetas de visita, sino que puede suponer el cambio en folletos, sitios Web, serigrafía de vehículos, imagen de fachadas y escaparates comerciales, etc.
El slogan o logotipo tiene que estar muy unido a la marca. Hay que conseguir que cualquier persona que lo visualice lo asocie a la empresa. Esto no siempre es fácil de conseguir. Todos recordamos casos muy famosos, y recordamos con facilidad la empresa que está detrás de un slogan determinado, pensemos por ejemplo en la conocida M de Mcdonald´s o en la especie de sonrisa girada hacia arriba de Nike. Pero estos casos conocidos son fruto de muchos años de trabajo y de promoción comercial. Empezar desde cero a potenciar un logotipo y que sea reconocible por el público objetivo no es tarea sencilla.
Una vez que el logotipo haya “calado” entre los clientes potenciales de la organización, el retorno de la inversión está garantizado y el gasto estará plenamente justificado. A partir de ahí, las campañas publicitarias serán cada vez más efectivas, el posicionamiento de la empresa en las redes sociales supondrá importantes beneficios, y la actividad comercial de la marca generará unos elevados niveles de productividad y de rentabilidad.
Sobre el Autor
Francisco Rubio
CEO de ExpacioWeb, Director Ejecutivo de Pull Comunicación y Director de Proyectos en Marketing Surfers. Apasionado de los viajes y la fotografía, y amante del deporte diario.
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